jueves, 27 de agosto de 2020

¿Dónde queda el Museo? (Cuento corto basado en la ficción)

 

 Vestía de verde, con vivos rojos. Tendría unos cincuenta años y el pelo largo. Lucía tímida y triste, con la mirada perdida en el pasado. El guardia la autorizó, no sin antes dudar de su presencia. Pero la mirada café cansina pudo más. Y entró a la calle interior, como siguiendo los pasos perdidos de alguien que nunca se conoció. Preguntó a una estudiante de gris si lo conocía. ¡Si, es por allá!

 

El museo lo había formado el profe con mucha paciencia y devoción. Eran fetitos de madres pobres, abortados en frías tardes de otoño y a veces en primavera. Estaban todos juntos, cada uno en su casa de cristal, dormidos, hasta la eternidad.

 

Y ahí llegó Constanza. Caminó con dolor y en silencio. Lenta como la tarde, fría como aquella noche de junio. Parecía ayer, siempre parecía que hubiese sido ayer. Era su niño, lo había perdido, para siempre. Y ahora estaba frente a él, en silencio, rindiéndole un húmedo homenaje.

 

Ernesto Miranda


 


No hay comentarios:

Publicar un comentario