martes, 1 de marzo de 2022

Lactancia materna y Mastitis



 


La lactancia materna proporciona una nutrición óptima para el lactante normal durante los primeros meses de vida. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida y continuarla con conjunto a alimentos complementarios apropiados durante los dos primeros años de vida.

Tanto para la madre como para el bebé los beneficios de la lactancia materna son a largo plazo. Por ejemplo, quienes amamantan tienen un menor riesgo de desarrollar cáncer de mamas, mientras que el recién nacido fortalece su sistema inmune, disminuyéndose además el riesgo de sufrir el síndrome de muerte infantil súbita.

¿Qué contiene la leche materna?

La leche materna contiene diversas sustancias, dentro de las cuales se incluyen grasas, proteínas, carbohidratos, minerales, vitaminas, anticuerpos y hormonas. Sin embargo, la proporción de estos componentes varía a través de los meses, adaptándose a las necesidades del recién nacido. Además se ve influenciada por la alimentación de quien amamanta y otros aspectos de su vida.

¿Cómo se estimula la producción de leche?

La intensidad y duración de la lactancia están influenciadas por el estímulo repetitivo de succión sobre el pezón, el amasamiento del bebé sobre la mama y el vaciado de esta, pues estos elementos inducen la producción de hormonas reguladoras. De existir problemas como escasez o sobreproducción de leche materna es recomendable acudir a un centro de salud.

Consejos para promover una buena lactancia:

  • Mantener una buena higiene en las mamas
  • Asegurar un contacto frecuente entre madre y lactante
  • En caso de dificultades, buscar consejos sobre técnicas de amamantamiento
  • Alimentar al bebé a libre demanda

Contraindicaciones:

El consumo de leche materna está contraindicado en algunos casos, como la tuberculosis activa, infección en la zona de la mama, VIH sin tratamiento antiretroviral (consultar con tratante) y el consumo activo de drogas. En caso de presentas alguna otra patología, lo mejor siempre será consultar con un profesional de medicina u obstetricia. 

Mastitis

La mastitis es una infección del tejido de la mama, pudiendo ser provocada por bacterias de la piel que entran a través de heridas o fisuras del pezón. Puede manifestarse con sensibilidad o dolor en las glándulas mamarias, aumentos de su consistencia, enrojecimiento de la piel y/o aumento de la temperatura local. Esta patología requiere tratamiento médico, por lo que de presentar estos síntomas la mujer debe acudir prontamente a un centro de salud.

¿Qué hacer para evitar la mastitis?

  • Asegurar una buena técnica de amamantamiento
  • Mantener aseo y correcta higiene de los senos, antes y después de dar pecho
  • Alternar cada 15 minutos entre ambos senos al amamantar
  • Utilizar extractores de leche en caso de no lograr un vaciado total
  • Reconocer signos de alarma, como fiebre, enrojecimiento, dolor y/o hinchazón de la mama, entre otros.

 (Post realizado primariamente en redes sociales, confeccionado por miembros del equipo de ayudantes de embriología 2021) 

Bibliografía:

Haemer, M., Primak, E., Diab, L. y Krebs, N. Nutrición infantil normal y sus trastornos. En: Hay W. Jr., Levin, M., Abzug, M. y Bunik, M. Diagnósticos y tratamientos pediátricos. 25va edición. McGraw Hill (2020)

Cunningham F., Leveno, K., Bloom, S., Dashe J., Hoffman, B., Casey, B. y Spong C. El puerperio. En: Williams, Obstetricia. 25va edición. McGraw Hill (2019)

Barrett, K., Barman, S., Boitano, S. y Brooks H. Desarrollo y función del aparato reproductor femenino. En: Ganong, Fisiología Médica. 26va edición. McGraw Hill. (2020)

Pessel, C. y Tsai, M. Puerperio normal. En: DeCherney, A., Nathan, L., Laufer, N. y Roman A. Diagnóstico y tratamiento ginecobstétricos. 12va edición. McGraw Hill (2021)


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